Un 3 de julio de 1810, en el centro de Cali, en lo que hoy es la Plazoleta de San Francisco, el pueblo se reunió y alzó su voz por la libertad. El grito fue liderado por don Joaquín de Cayzedo y Cuero, quien impulsó la creación de una Junta Autónoma.
Fue un acto de dignidad, de organización popular y de esperanza por un futuro libre y justo.
Hoy, 214 años después, esa misma fuerza nos inspira a seguir luchando por una ciudad más equitativa, con derechos para todos y todas.
Honrar a nuestros próceres es trabajar por una Cali donde la justicia social no sea un sueño, sino una realidad cotidiana.
¡Viva el 3 de julio! ¡Viva la libertad del suroccidente colombiano!