Las EPS fueron creadas como intermediarias entre los usuarios del sistema de salud y los proveedores de servicios médicos, pero a lo largo del tiempo las EPS han priorizado el lucro por encima de la atención y bienestar de los pacientes.
Ahora resulta que grandes familias de políticos se han enriquecido con los recursos y el mal manejo de los fondos destinados a la salud, y para ello niegan los servicios médicos necesarios, afectando la vida de millones de colombianos, especialmente a los más vulnerables.
Esta concentración de poder y dinero en manos de los poderosos (EPS), ha generado que los recursos no se distribuyan de manera equitativa y los pacientes no reciban la calidad de atención que deberían.
Por estas razones muchas EPS se dedicaron a acumular grandes riquezas mientras descuidan la atención adecuada a sus afiliados, causando una profunda desigualdad en la calidad de la salud, donde se prioriza el negocio sobre el derecho a una salud de calidad para todos los ciudadanos.